FOTÓGRAFO DE FAMILIAS EN LOGROÑO Y LA RIOJA
fotografía y videografía
Ng ng ng ng aaa eee mmm! ...
Os contaría un poco sobre el sábado, porque este hermoso día preparado especialmente para mí pasó muy rápido.
Es cierto que dormí bien (así me cantaba mi madre, porque si como y duermo creceré rápido y eso me gusta, porque me gustan sus zapatos y sus pendientes).
Más o menos conoces mi historia... Mamá y papá rezaron a Dios durante mucho tiempo y como eran buenos, Dios me envió a casa el año que cumplieron 10 años.
La acogida fue la esperada, que me encontraron unos padres buenos y cariñosos, Simona e Ilarie Cîmpian, que también tienen una niña. Creo que me dará sus juguetes, ya que parece que me quiere.
¡Es muy bonita!
El sábado fue un gran alboroto, no paraban de vestirme y desvestirme y muy curioso que me bañara en un lugar lejos de nuestra casa, en una casa grande con mucha gente seria. En cierto modo, no me disgustaba estar allí, porque papá me decía que había ángeles en esa casa.
Por la noche no entendía en absoluto cuáles eran las costumbres de estos adultos. Acabamos en otra casa con grandes bombillas y muchos lazos rosas, flores y otras cositas de chicas. Pude ver en la entrada que se llamaba Restaurante "Las Postas" (¡pensé que era mejor recordar a dónde iba!). Al cabo de un rato me di cuenta de que toda esa gente había venido a por mí (no paraban de inclinarse y de hablarme con pique -¡de todas formas eran simpáticos!) Después me quedé con la abuela y con mamá, porque había un niño cantando (¡diferente a lo que me canta mamá!), todos se divertían y corrían unos detrás de otros. Hicieron un bonito partido. Creo que yo también lo aprenderé cuando sea mayor.
Al día siguiente volvimos a ir a la casa grande con ángeles y luego otro baño con mucha gente, sólo que esta vez en nuestra casa. ¡No sé qué pasa con todos estos adultos con tantos baños en público donde todos se alegran de verme en el agua! Al verlos tan contentos, no hice un escándalo, pero lo compensaré.
Aprenderé a gritar...
El amor,
Anastasia
(Autor: Narcisa Mădălina Basarman, noviembre de 2018)
ANITA, CIPRIAN Y SUS RAYOS DE SOL
¡Te reto a que te pongas una tapa!
Ella, de una belleza especial, aparentemente despreocupada pero diferente al resto de las chicas de su edad. Para los extraños, el resplandor de una sabiduría que se encuentra en los manantiales de las montañas es cristalino y al mismo tiempo con ondas rápidas, pero con una sonrisa miserable y reflejos dorados de luz.
Él, ligeramente arrogante, con su vida puesta en estanterías de hormigón, sin pretensiones pero inaccesible, siempre ahí pero inaccesible, un soltero cautivador al que se le estaba tejiendo el futuro, sin saberlo.
Para Anita, conquistarlo fue un reto que, sin que ninguno de los dos lo previera, sentó las bases de su mundo posterior. Ciprian, un día, miró al horizonte sintiendo que le faltaba EA. Los mundos se hicieron añicos, se levantaron muros en los que luego aparecieron ventanas, pues su florecimiento no estaba completo sin completar el haz de rayos de sol.
Café con aroma a destino
Nuestras mañanas, las de todo el mundo, comienzan con el vapor aromático de un gran licor, pero la vida entera de algunas personas está envuelta en los comienzos anunciados por una taza de café corriente.
Para Ciprian, la razón de ser adquirió de repente una paleta de colores diferente, no se exteriorizó más, luchó consigo mismo y con el mundo entero para mantener la noción de "hogar" en paz, sin ser perturbado por la intemperancia de los problemas del exterior. Taciturno en los momentos difíciles, pilar de granito de su familia, protegiendo sus tesoros de la sombra y la víbora pero sin dejar que las palabras pinten a los vivos.
Cuánta lucha, cuánta espera y cuántas ilusiones... año tras año, tratamientos y planes, esperanzas y todavía tantas heridas habladas o calladas, culminando con el anillo de compromiso anual que parecía sellar un nuevo comienzo en el valor de seguir esperando.
Su vida en común comenzó entre las paredes de un café y el presagio de su mayor alegría tras años de agitación llegó de la misma manera. ¡El hijo mediano anunció su presencia!
Un hombre de verdad no declara, demuestra. ...y lo demostró, porque incluso los hombres a veces lloran... entre sollozos. Esa gota de vida, carne de la carne de sus sueños, su milagro se había hecho realidad y se llamaba Sara Sofía.
Para algunos, una década significa un abrir y cerrar de ojos, mientras que para otros significa todo un mundo. Así son ellas, tejiendo diariamente la alegría en ramos y recogiendo recuerdos cuidadosamente creados, pues las tres niñas escriben diariamente pestañas de una historia que sólo ellas conocen, pues para cada una son la singularidad, la vida y la luz, son "El Sol".
En su casa, comprendo que la frase "la juventud de hoy" es sólo una generalización sin fundamento, pues la delicadeza, la pureza y la responsabilidad de la hermana mayor te dejan sin palabras, viendo el brillo en el tono de su voz mientras acuna al más pequeño de la familia. De Sara aprendimos la génesis de Papá Noel, y también aprendimos que más allá de la cortesía y la elegancia, su familia es una fuente infinita e inagotable de alegría.
MARIA CRISTINA
El momento tan esperado llegó el segundo día de Brumar: Dios bendijo a la joven familia Rus con el primero de tres bebés: una niña. La llamaron María Cristina y, día tras día, tejieron incansable y felizmente pensamientos, sueños e interminables horas de trabajo para el futuro de la pequeña.
Lejos de su Ardeal natal, la pequeña alma de ojos grandes, verdes y curiosos estaba creciendo, pero parecía haber algo mal: no hablaba. ¿Qué puede ser más perturbador para el corazón de un padre que el miedo y la preocupación por su hijo? Las noches de insomnio que siguieron se convirtieron en días pasados en los pasillos de las consultas médicas, diagnósticos ambiguos o definitivos ... y todos se bañaron en lágrimas y oraciones calientes a la Virgen. No fue en vano, pues uno de los días trajo el comienzo del alivio de esta gran prueba, el diagnóstico correcto: María no podía hablar porque no podía oír. A partir de ese momento, el tiempo perdió su dimensión en el alma de la joven madre. Con fe en Dios y esperanza en el futuro del milagro que iluminaría su hogar, comenzó la lucha por la recuperación de su hija.
Todo iba bien, cuando surgió un nuevo problema: la niña no podía dibujar según las exigencias de sus primeros años de escuela, como sus compañeros. Más noches de insomnio, revestidas de oración y preocupación, más días de agitación en la familia. En una de esas ocasiones, la madre de María Cristina, lejos de su casa y sin saber a qué atenerse, optó por vagar por las calles de la ciudad en busca de una solución. La idea resultó ser excelente, ya que la condujo a la Academia de Bellas Artes José Luis Birigay y al primer paso para descubrir las inclinaciones artísticas de su hija. Allí, con mucho trabajo y paciencia, las formas torpemente dibujadas se convirtieron en las maravillosas pinturas de hoy. Quien conoce a María Cristina Rus por primera vez no puede sospechar que la premiada adolescente, de fuerte personalidad pero también de delicada conducta y con una notable inclinación por la música y la pintura, ha aprendido sus talentos apoyada por su madre y protegida por la Santa Madre cuyo nombre lleva.
Desde el fondo de sus ojos esmeralda brilla la nobleza de alma cuidadosamente alimentada en casa y en el seno de la Iglesia rumana con sus padrinos de bautismo.
María reparte luz y paz en el lienzo, a través del color y el confort a través de las notas musicales, apoya a su hermana y a su hermano pequeño siempre que lo necesita, pero no olvida que tiene casi 15 años y siempre que se presenta la oportunidad, disfruta de la compañía de sus amigos, en el cine, en el parque o de excursión, como es natural a su edad. Le pregunté si tenía novio (¡de, inquisitiva por naturaleza!) y me contestó, riendo, despreocupadamente, como una adulta: "-Todavía no necesito un novio". Mi corazón dio un salto de admiración al ver su determinación expresada con tanta naturalidad.
Enhorabuena y gracias a su familia, porque con su esfuerzo están dando a nuestra sociedad una joven educada y con talento que es un orgullo para la comunidad rumana.
(Autor: Narcisa-Mădălina Basarman, 11.09.2017)
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